Lo siguiente es un extracto del libro “Efectos Psicológicos y
Espirituales de la Música” Por: Lic. Édgar Amílcar Madrid Morales, M.M.D.T.
Obtiene el escrito completo desde aquí: Efectos_Psicológicos_y_Espirituales_de_la_Musica.pdf
EFECTOS ESPIRITUALES
De la misma manera como hay efectos psicológicos en la música,
también los hay espirituales, y éstos son más impor-tantes, en lo que a la
Iglesia se refiere, porque pueden efec-tuar cambios en los sentimientos y
prácticas de los feligreses.
Por medio de la música, se puede ayudar a alcanzar, o a estorbar el
alcance, de los objetivos que se persiguen en la Iglesia. De modo que, es
de suma importancia conocer tales efectos, para no estar perjudicando
aquel crecimiento espiritual que se desea, ni estorbando una experiencia espiritual genuina.
Tanto el que dirige una actividad y selecciona los himnos a cantar,
como el compositor cristiano, necesitan estar compenetrados de estos
efectos. De esta manera, la música coadyuvará al alcance de los objetivos
espirituales propuestos.
Puede, como ejemplo, verse el caso de una campaña en la cual se ha
predicado un mensaje evangelístico e, inme-diatamente después, quien
dirige, hace que pase a cantar un trío, o cuarteto, que canta "Ven a Él, Ven a Él", pero lo hace con horribles disonancias. El efecto, tanto psicológico como espiritual, es un fuerte deseo de salir huyendo, debido a las disonancias. Lo mismo es cuando el incrédulo está arrepen-tido, deseando buscar a Dios, y le cantan una canción de la nueva ola. En contraste con su deseo de arrepentimiento, al oír esa música, por el efecto psicológico y psicosomático de esa música barata, él siente que su cuerpo le empuja, más bien, a bailar, o a enrolarse más en el pecado carnal. Eso va en contra de los objetivos espirituales de la Iglesia verda-dera.
De ahí, la suma importancia de no mezclar lo espiritual con la música
mundana, que está contaminada con el pecado. Es un hecho que Dios no
acepta que se use lo inmundo, para ejecutar lo sagrado.
Acordes
Se le llama acorde, al conjunto de tres, o más notas, escritas, o
ejecutadas al mismo tiempo, y que suenan en forma agradable al oído, o
sea, que concuerdan entre sí. De igual manera como en los efectos
psicológicos, el tipo de acorde que se utiliza para un himno, tiene mucho
qué ver con el efecto espiritual que provoca.
Mayores Lentos y Suaves:
Si los acordes mayores, en forma suave, se utilizan ade-cuadamente en
un himno verdadero, o llamado tradicional, su efecto espiritual es:
Deseos de adoración a Dios y arre-pentimiento.
Éstos son los mejores acordes para himnos de los cultos devocionales,
de consagración, de santidad u oración. Su efecto es muy profundo, y
toca el alma. Como ejemplo de estos himnos, se pueden mencionar:
"Santo, santo, santo", "La Visión de la Cruz", "Dulce Oración", "Entera
Consagra-ción" y muchos más.
Menores Lentos y Suaves:
En el caso de los himnos con acordes menores, y lentos, su efecto
espiritual es: Tristeza por haber pecado y fuerte deseo de
arrepentimiento. Éstos son excelentes para himnos que se cantan previo a un mensaje evangelístico, o de consa-gración, así como para cantarse
después del mismo. Este tipo de himnos, puede hacer aumentar el fruto de un mensaje. Como ejemplos, se pueden mencionar: "Oh Señor, Pro-curo en Vano", "El que Habita al Abrigo de Dios", y otros.
Mayores Rápidos:
Mientras los himnos con acordes mayores, a velocidad rápida, no se
ejecuten con ritmos modernos y pesados, se puede mantener su
espiritualidad. Un himno mayor rápido, mantiene el gozo, sin que éste se
vuelva de carácter sensual o carnal, como en los ritmos modernos. Su
efecto espiritual es: Ánimo y servicio.
Éstos son los más adecuados para levantar el ánimo de una
congregación hacia la lucha contra el mal. Se pueden emplear al principio
de los cultos evangelísticos, y producen fuerte deseo de servir a Dios, y
dan la energía necesaria para hacerlo. Como ejemplos se pueden
mencionar: "Firmes y adelante", "La lucha sigue", "Adelante, Cristianos"
y otros. Debe advertirse que, la lucha cristiana no es de carácter bélico,
puesto que “las armas de nuestra milicia no son carnales”, 2 Corintios
10:4, “porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra
potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas,
contra malicias espirituales en los aires”, Efesios 6:12. Sin embargo, Dios
ha dejado la figura del soldado, para representar la armadura cristiana.
Efesios 6:11-17. Los himnos con tiempo de marcha están basados en la
Biblia.
Menores Rápidos:
Los cantos en tonalidades menores, con ejecución rápida, no son
adecuados para usarse en la Iglesia, debido al sentimiento mundano que
producen. Su efecto espiritual es: Mundanalidad. Los cantos
carismáticos, o neopentecostalistas, se caracterizan por explotar este
sentimiento mundano, para atraer a la juventud que quiere ser religiosa,
pero no desea dejar sus costumbres mundanas.
Himnos Especiales
Los himnos especiales pueden agregar interés a los feligreses, pero
debe cuidarse que en verdad sean espe-ciales. Para que un himno sea
especial, debe ser bien prepa-rado, y ejecutado por personas espirituales
que saben hacerlo bien.
Solos:
Dependiendo de la calidad y espiritualidad del himno y el cantante, un
solo puede producir deseos de arrepenti-miento, gozo, servicio, u otras
reacciones.
Un solista cristiano no debe hacer accionados, danzas, gestos, ni
movimientos fingidos, cuando canta, tal como lo hacen los mundanos, en
el teatro o televisión, ya que esto distorsiona y hace perder la
espiritualidad del himno. Tam-bién, puede engañar a los oyentes,
dándoles una impresión ficticia, y puede aun dudarse de la sinceridad del
cantante, si éste hace teatro, en vez de adorar a Dios con sencillez y
sinceridad.
Dúos:
Especialmente, si un himno está escrito con partitura especial para
dúo, su efecto es dulzura y abnegación. Difícilmente se encuentren
himnos más dulces, que los cantados por un buen dúo, de características
llamadas tradicionales, cantando con una secuencia de sextas. Una
excelente combinación, es cuando canta un hombre la melodía, y una
mujer la segunda voz. Son muy adecuados para himnos especiales.
Tríos:
El efecto que produce un trío bien acoplado, es también de dulzura,
pero no tan exquisita como la de un buen dúo. Si el trío está compuesto
por dos mujeres y un hombre, será mayor su dulzura. Son muy adecuados para himnos especia-les.
Cuartetos:
Los cuartetos bien cantados y bien acoplados producen mucho ánimo,
gozo y deseos de escuchar.
Coros:
Un grupo coral, cantando todas las voces correspon-dientes, produce
mucha solemnidad, si están bien armo-nizados y acoplados. Son muy
propios para cultos devo-cionales, pero debe asegurarse que todos los
miembros del coro tengan un buen testimonio de conducta cristiana.
Himnos Congregacionales
Los himnos congregacionales, pueden considerarse como lo normal
del canto de una iglesia. Toda iglesia debe tenerlos. Su efecto
psicológico depende del tipo de himno que se cante, y la forma como se
haga. Si se canta en forma muy lenta, sin ser de carácter devocional o
inspiracional, puede producir hasta aburrimiento, pereza y sueño. Si el
himno es devocional o inspiracional, produce comunión con Dios, y
acercamiento a Él. Pero, si el himno es fogoso, animado y en una
tonalidad mayor, produce gran ánimo en la lucha y trabajo cristiano.
Asociaciones Mentales
Uno de los problemas principales, en relación con los efectos
psicológicos y espirituales de la música, es la asociación mental que ésta
produce.
Por asociación mental, se entiende a qué se inclina, o se fuerza a
pensar, a la mente, cuando escucha determinada música. En otras
palabras, los distintos tipos de música, ejercen una fuerte influencia sobre el individuo, hacia pensar o hacer algo, bueno o malo, derivado del uso que, con anterioridad, se le ha dado a tal tipo de música. En consecuencia, si la música produce asociación mental, y la asociación mental ejerce una determinada influencia sobre la persona, entonces, es de vital importancia ejercer un control sobre el tipo de música que se escucha, o se hace escuchar, para evitar recibir influencias psicológicas no deseables.
A continuación, se dan algunas de las asociaciones mentales más
comunes:
Ranchera:
La canción ranchera, es propia de la gente mundana de México. Su
asociación mental es: Vicio, especialmente de licor, pistolas, mujeres,
etc. Y, por supuesto, no hay un verdadero himno ranchera, o
arrancherado, como le llaman algunos. Si es arrancherado, ha perdido su calidad de himno, y no lo es.
Cuando se canta un, falsamente llamado "himno", con características
de canción ranchera, es común que, al pasar cerca un extraño, éste dé un
grito propio de los borrachos; y, a veces, lo hacen aun algunos cristianos
de la iglesia que las canta, con la diferencia de que ellos gritan “Aleluya”,
profanando esa palabra santa. Cualquier cristiano, que vivió en la vida
mundana del vicio, puede sentir una fuerte tentación de volver al mundo
del licor, cuando escucha ese tipo de música contaminada del pecado
mundano. Por supuesto, un exvicioso, profundamente convertido a Cristo,
siente gran repudio por ese tipo de música, que él antes amó, cuando no
conocía a Cristo.
Algunos alegan que la ranchera es parte de la cultura de la gente del
campo, pero eso no es verdad. La gente campesina, sólo es víctima de lo
que le enseñan las estaciones de radio mundanas, y programas radiales
cristia-nos contaminados. Pero, es claro, que la ranchera ejerce una fuerte presión emocional, hacia el mal y corrupción moral y, por supuesto, no le agrada a Dios, por su contaminación pecaminosa. Por esas razones, debe evitarse.
Corrido:
El corrido, es una forma más rápida, o a doble paso, de las canciones
rancheras, y ejerce fuerte presión, tanto hacia el vicio y la violencia, como
hacia movimientos corporales sensuales pecaminosos. Además, incita a
dar gritos descon-trolados, tales como los que dan los borrachos. Por
supuesto, no es apto para un himno, el cual debe ser solem-ne, e incitar
hacia una vida pura, alejada del mal.
Vals:
El vals, es una canción mundana con compás de tres tiempos, y con
sus bajos sobresaltados. La asociación mental del vals es la danza, y el
baile romántico. Por supuesto, ambos, la danza y el baile, están
condenados por la Palabra de Dios. Gálatas 5:16-17 dice: "Andad en el
Espíritu, y no satisfagáis la concupiscencia de la carne. Porque la carne
codicia contra el Espíritu... y estas cosas se oponen la una a la otra". En
Isaías 3:16, también se reprocha a las hijas de Sión, porque “cuando
andan van danzando, y haciendo son con los pies”.
Lo que caracteriza al vals, entre los compases triples, es el sobreénfasis
que lleva en los bajos. Es por esa razón que, cuando un himno usa triples, no conviene enfatizar los bajos, para que no se asocie con el vals, o con
danza alguna, por ser pecaminosa. Cuando un himno tiene compás de tres tiempos, los bajos no deben enfatizarse, sino llevar poco volumen.
Bolero:
Bolero, es aquel ritmo de doble tiempo, cuyos bajos van más o menos
así: "Doooo, mi, sol, doooo, mi, sol, doooo, mi, sol, doooo". Es el ritmo
más empleado por algunos creyen-tes modernos, al componer, o ejecutar,
sus pretendidos himnos. El falsamente llamado himno, con ritmo de
bolero, se acostumbra cantar en tríos, con guitarras que imitan todas las
pasadas y adornos de las canciones mundanas de Sudamérica. También,
está casi incorporado en la música de los conjuntos electrónicos. Por lo
menos, su batería utiliza, casi siempre, ese ritmo, y se lo agrega a casi
todo tipo de música que ejecuten.
La asociación mental del bolero es: Romanticismo, o sea, los amores
ilícitos y pecaminosos. Claramente, no es propio para usarse en himnos
evangélicos, aunque se haya generalizado tanto. Su asociación mental
persiste. Muchos de los pretendidos "himnos", utilizan una combinación
de bolero y ranchera, o bolero y rock-and-roll, pero eso resulta
pecaminoso, por su contaminación con el pecado.
Rock:
Su nombre completo es "rock-and-roll", que significa: "Mécete y
enróllate” [gira, o rueda]. En su mismo significado, se ve que es sensual y pecaminoso, porque estimula las pasiones de la carne, que Dios condena.
La Biblia dice en Gálatas 5:16-17: “Andad en el Espíritu, y no satisfagáis
la concupiscencia de la carne. Porque la carne codicia contra el Espíritu”.
Las palabras del rock son, normalmente, blasfemas, y su asociación
mental es: Desorden, falta de control, alta sensualidad.
Muchos cristianos rechazan la palabra "rock", pero no se dan cuenta de
que, la música de conjuntos electrónicos y guitarras eléctricas, es
precisamente música de rock, aun-que tenga algunas palabras cristianas, o con apariencia de cristianas. La asociación mental, y efectos
psicológicos, del falsamente llamado “rock cristiano”, son los mismos del
mundano y , puede ser blasfemo, llamarle “cristiano” al rock.
Algunos cristianos novatos, cuando sienten la sensualidad que produce
la música de conjuntos electrónicos, se engañan, y piensan que es "la
presencia de Dios", cosa que es sumamente falsa. Otros, engañosamente, utilizan ese tipo de música para influir a las personas, y les dicen que la
sensualidad que sienten, al oírla, es el Espíritu de Dios. En esto, sí
blasfeman contra el Espíritu de Dios, porque le tratan de manchar con
la sensualidad carnal y pecaminosa.
La música de conjuntos electrónicos de tipo rock, no sólo ejerce una
asociación mental pecaminosa, sino que también tiene efectos
psicológicos muy perjudiciales a la salud mental y espiritual del cristiano, tal como se demostró anteriormente.
Son:
El son, es música propia de los nativos guatemaltecos, y su asociación
mental es: Baile nativo, o folklórico. Debe recordarse que todo baile, o
danza, es pecaminoso, porque estimula la carne, en oposición al Espíritu
de Dios, como ya se demostró en Gálatas 5:16-17. De tal manera que,
tampoco el son es apto para usarse como himno.
Himno:
Primero, hay que comprender lo que se entiende por himno. Himno, es
un canto de tipo suave y emotivo, que conlleva una buena armonía
musical, secuencia y tiempo apropiado para el ejercicio de una devoción.
Un himno puede ser religioso, o cívico. Puede observarse que los himnos
nacionales, o aquellos dedicados a la madre, el árbol u otro, también
tienen las características esenciales de un himno, aunque no sean
evangélicos.
La asociación mental de un himno, dependiendo de su tipo, puede
ser: Devoción, adoración, arrepentimiento, gozo, lucha, etc. Para una
mejor comprensión, se clasifican a conti-nuación:
Lento y Suave:
Cuando un himno es lento y suave, su asociación mental es la
adoración. Son muy adecuados para los cultos de adoración,
devocionales y de santidad. A menudo son muy solemnes.
Rápido:
Cuando el himno es rápido, su asociación mental es el ánimo y
gozo. Son muy adecuados para cultos de aviva-miento, campañas y
cultos evangelísticos, especial-mente si se cantan al principio del
servicio.
Marcial:
Los himnos marciales, tienen origen cristiano, de las épocas
cuando éstos practicaban la guerra y pensaban que era mandada por
Dios. Son muy aplicables a la lucha espiritual, cosa que la Biblia
enfatiza a menudo. En Efesios 6:11-17, se utiliza la figura del
soldado cristiano, a pesar de que no se pelea con nadie, sino contra
las huestes satánicas. Por eso, no debe interpretárseles como de
carácter bélico. Su asociación mental es: Lucha en la batalla
cristiana y triunfo.
Grandioso:
Los himnos grandiosos, son himnos magnificentísi-mos, con una
composición musical de muy alta calidad e impresivos. Como
ejemplo, se pueden mencionar: "El Rey Ya Viene", "La Ciudad
Santa", "Cuán Grande es Él", y otros semejantes. Su asociación
mental, especialmente si lo ejecuta un buen cantante y espiritual,
es: Un traslado a los lugares celestiales.
Debe tenerse cuidado de no ejecutar los himnos grandiosos
con baterías, o conjuntos modernos, para no restarles su
espiritualidad y magnificencia. Las baterías, u otros instrumentos de
percusión moderna, tienen un efecto mundano y carnal. No se
recomienda su uso, entre los cristianos que desean una vida
espiritual profunda y verdadera.
Mundanalización de la Música Cristiana
El fenómeno moderno, que más ha obstruido la espiritualidad de la
Iglesia Cristiana, es la mundanalización de la música religiosa.
Por mundanalización, se entiende la adaptación de música mundana, o
de tales características, a palabras cristianas, o con apariencia cristiana.
También, se refiere al hecho de adaptar los himnos espirituales, llamados
tradicionales, a ritmos mundanos modernos. Algunos, más atrevidos, aun han compuesto sus "falsos himnos", no sólo con música mundana, sino también con las mismas palabras de las canciones mundanas, con ligeros cambios, o con palabras que sugieren malicia, a veces solapada.
Lamentablemente, se trata de una trampa muy astuta del enemigo, el
diablo, para rebajar, o perder, la espiritualidad de los cristianos.
La primera vez que se oyó en América Latina un "falso himno", con
música de bolero, fue compuesto por alguien que había sido miembro del "Trío de la Policía Nacional", y acababa de aceptar a Cristo. Éste, adaptó
una de las músicas que él acostumbraba cantar en el trío mundano, y le
colocó su testimonio. Algún tiempo después, cuando se oyó cantar ese
“falso himno”, tan sólo principió aquel sonido de bolero, y exclamó
emocionada la hija de un pastor: "!Ay, tan lindo... si puros los Panchos".
Como puede verse, su asociación mental no se fue al testimonio de aquel
hermano que lo compuso, sino a los conocidos cantantes mundanos
románticos pecaminosos. Ya había entrado el pecado en su corazón, por
la insinuación de aquella canción, disfrazada de himno.
Todo esto sucedió, por la falta de orientación espiritual de los pastores
que condujeron a aquel hermano a Cristo. De modo que, hace falta
orientar a los nuevos creyentes, que son músicos, hacia la verdadera
música evangélica espiri-tual. Ellos simplemente hacen lo que ven a otros hacer, y no tienen aún la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo.
Pero, cada día, se proliferan más los compositores de bole-ros, tangos,
guapangos, rock, rancheras y otros, sin percatarse del enorme daño
espiritual que se le hace a la Santa Iglesia de Cristo.
Romanticismo Religioso
En medio de toda la corriente mundanalizante, dentro de las iglesias,
puede decirse que se ha llegado a una etapa de "romanticismo religioso".
El romanticismo, consiste en el énfasis que se exalta del amor mundano,
o erótico. Tal énfasis se hace en forma disfrazada, porque se menciona el
nombre de Cristo pero, se le hace parecer como un romántico, con amores de este siglo.
Sólo obsérvense los títulos de estos “falsos himnos”: "Estoy
Enamorado de un Hombre", "Yo Quiero Amarte", "Me Enamoré de
Cristo", "Tomado de la Mano", "Nadie me Quiso Amar", "Quiero Cantar
una Linda Canción [no himno] de un Hombre [no Dios] que me
transformó: Es mi Amigo [no mi Señor y Dios] Jesús", "Te Vengo a
Decir Que Yo te Amo a Ti". Referente a este último canto, hubo una vez,
cuando una señorita pidió que se le dedicara a su novio el himno "Te
Vengo a Decir Que Yo te Amo a Ti". Era su declaratoria de "amor". Por
otro lado, muchos de los cantantes, cuando cantan la palabra "amor" en
los himnos, les agregan una expresión tonal de mucha malicia. Ante todo
esto, debe recordarse la santidad de Dios, quien es Santo, Santo, Santo.
Todo se puede expresar pero, ser con pureza. Un cristiano verdadero,
jamás se enamora de Cristo, porque el enamoramiento es mundano y
erótico, sino que lo ama, con amor puro y verdadero. Se ve claramente,
que en tales “falsos himnos románticos”, cuando dicen “amor”, se
refieren al amor del tipo erwV (érös), que significa amor sexual o carnal.
Pero, al Señor Jesús, lo amamos con amor del tipo agaph (agápë), que es
el amor sublime con el cual Dios nos ha amado, y manda que nos
amemos unos a otros. En el amor de Dios no hay malicia, sino sólo
pureza.
Música en la Oración
Cuando se ora, algunos tratan de estimular ese tiempo espiritual,
haciendo sonar algún tipo de música y, por supuesto, esto debe hacerse
con mucho cuidado. Si la música que se pone es de tipo moderno, de
conjuntos electrónicos, u otros ruidos, por su sensualidad, perjudica a la
oración, porque la distrae de lo espiritual. También la música suave puede distraer la mente, y hacerla perder la comunión con Dios. Si alguno insiste en usar música para la oración, deben ser himnos verdaderos, o llamados tradicionales, lentos, suaves y con muy poco volumen. Sin embargo, para que la oración mantenga su concentración espiritual con Dios, es mejor que no se use ningún tipo de música, cuando se ora. La oración debe ser espiritual, y sin ningún distractor.
Efectos de Sonido
En los últimos años, especialmente entre los grupos de tendencia
carismática protestante, o neopentecostalistas, han comenzado a utilizar
efectos de sonido para influir en la oración, incluso con algún tipo de
visualización imaginaria, o física. En el momento cuando el grupo
comienza a orar, empiezan a poner sonidos suaves; luego, en forma
repentina, hacen sonar tremendos ruidos extraños, continuados por algún silbato apacible. De esta manera, hacen que los fieles sientan escalofríos y otras sensaciones en la piel. Luego, los engañan diciéndoles que es el sentir del Espíritu. Como es natural, tales ruidos impresionan y
embriagan psicológicamente. Esto significa una especie de hipnotismo
musical, después de lo cual, les ordenan hacer lo que ellos desean. En
otras palabras, los manejan como títeres, o robots. Éste es un enorme
engaño de Satanás, en el cual están cayendo muchos grupos modernos. A
ese tipo de efectos de sonido, algunos están agregando la visualización de
algunas imágenes pintadas, que les colocan enfrente, para impresionarlos,
por ejemplo, con un falso rostro de Cristo. Eso, por supuesto es ya
idolatría.
Los efectos de sonido, en esta forma, son enormemente perjudiciales a
la mente y estado anímico de las personas, además de ser engañosos, para fingir el poder de Dios. Debe saberse que, la obra del verdadero Espíritu Santo de Dios, no consiste en hacer sentir escalofríos, paradas de pelo, miedos, ni temblores de cuerpo, sino en un profundo sentir de indignidad ante Dios, y deseos de arrepentimiento genuino.
Por otro lado, la visualización, a través de figuras físicas, la
imaginación del individuo, la música, o efectos de sonido, llega a ser un
principio de idolatría. Cuando un líder dice: “Hermanos, concéntrense, y
van a ver el rostro de Cristo en la pared”, está entrando al campo del
espiritismo, tan común en las religiones paganas orientales de la India, y
que ahora se están introduciendo en la cristiandad moderna. Y, cuando se concentra, lo que ve no es el rostro de Cristo, sino un demonio, disfrazado de Él.
La verdadera adoración a Dios, es espiritual. Jesús dijo: “Dios es
Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le
adoren.” Juan 4:24. De modo que, no es correcto usar efectos de sonido,
música exótica, ni visualizaciones para la adoración.
Pretextos Comunes
Desde un principio, debe reconocerse que la defensa generalizada de la mundanalización de la música cristiana, es falaz. Contiene muchos pretextos que, en sí mismos, no son verdaderos. De los muchos, se analizarán algunos:
-
Algunos dicen: "No se fije en la música; fíjese en las palabras". Esto significaría decir que, Dios acepta contami-nar las palabras santas, con la música inmunda. Por supuesto, esto es !Falso! Efesios 5:11 dice: "Y no comuni-quéis con las obras infructuosas de las tinieblas; sino antes bien redargüidlas". Además de esto, hay muchos de los falsos himnos modernos, en los cuales también sus palabras están muy contaminadas de pecado. De modo que, ése es un argumento inválido en favor de lo mundano, que Dios repudia. Otro pretexto común y falaz es: "Hay que llegar a la cultura del
pueblo". Primero, hay que entender que, llegar a la cultura de un pueblo, no tiene nada qué ver con participar de sus pecados, o su corrupción. En segundo lugar, lo que normalmente se ha hecho, al mundanalizar la música cristiana, no ha sido adaptarla al folklore del país, sino introducirle las canciones mundanas de otros países, como en el caso de la música ranchera, el rock, u otros. Es un argumento falso y sin fundamento. Por supuesto, tampoco sería correcto hacer "himnos folklóricos" porque, de todos modos, se estarían contaminando con el mundo. No se debe olvidar que el folklore de un país, proviene de la gente no convertida a Cristo, y siempre está asociado con bailes, o danzas, que Dios repudia.
El último pretexto que se mencionará aquí, es éste: "Hay que dar libertad al Espíritu". Éste es el argumento más falaz, o mentiroso, de todos, puesto que el Espíritu Santo, dejaría de ser Santo, si revelara lo
inmundo o pecaminoso. El caso es que, cuando componen o cantan “himnos mundanos”, las personas no están dando lugar al Espíritu, sino a su propia carnalidad, que les pide sensualidad, o placer carnal. Cuando
de veras se le da libertad al Espíritu de Dios, en vez de guiar hacia cosas mundanas, o carnales, lo hace hacia un verdadero arrepentimiento y repudio a las cosas mundanas.
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MINISTERIO DE LA MÚSICA
La música es el lenguaje universal más bello del hombre, y conviene
mantenerla pura, conforme a sus normas recono-cidas por los siglos.
Música en la Iglesia
Todo tipo de actividad, que no incluye música, se vuelve cansada y
aburrida. De modo que, la música en el culto de la Iglesia es una gran
ayuda para el desarrollo de toda la actividad, además de que, también es
una expresión de adoración a Dios. La música debe ser bien escogida, y
de la mejor calidad, utilizando instrumentos musicales moderados, que no estimulen la carnalidad de los individuos, sino su acercamiento a Dios. El canto debe ser muy animado y fogo-so, pero manteniendo el orden que Dios manda. “Empero hágase todo decentemente y con orden.” I Corintios l4:40.
Canto Congregacional
El canto congregacional, es el privilegio de todos. Ninguno puede ser
privado de hacerlo, y es una buena forma de ex-presar la adoración a
Dios. Sin embargo, se debe cantar según lo programado por quien dirige,
porque él ya sabe por qué se han programado determinados himnos.
Normal-mente, se programan algunos himnos animados, para el principio del culto, luego, uno suave para preparar el ambien-te espiritual del mensaje y, finalmente, un himno alusivo al mensaje, o de invitación, para que complete la finalidad de la enseñanza. Al dirigir el canto, está bien si se dice una o dos palabras alusivas, pero no conviene hablar mucho, ni dar otro mensaje, porque distrae la mente del mensaje que Dios mandó por su siervo. Otra cosa que no conviene, es que las personas del auditorio interrumpan, para pedir que se les complazca con algún himno, primero,porque no es para agradar personas, sino para alabar a Dios y, segundo, porque frecuentemente se salen del tema, o de la adecuación espiritual.
Para cantar, conviene utilizar los himnarios autorizados por la Iglesia,
pues, de esta forma, se evita cantar cantos que no convienen, o que van
contra la doctrina. El canto debe hacerse con ánimo, y con toda la
expresión del alma, sintiendo lo que se canta. La forma más efectiva para
cantar, es poniéndose de pie la congregación. De esta manera, no se
obstruye el diafragma, y resulta en un mejor canto. También conviene que quien dirige los himnos, lo haga usando sus manos, para guiar mejor a la congregación, y que se canten los himnos mejor conocidos, o que se les enseñen bien los que no saben.
Himnos Especiales
Algunas iglesias acostumbran presentar himnos especia-les. Para que
un himno se considere especial, tiene que tener alguna característica que
lo distinga de lo común. Por ejemplo, se canta un solo, dúo, trío, cuarteto,
o grupo, sin cantar la congregación. También, tiene que ser bien preparado, y cantado por personas que saben cantar. Si se improvisa un himno, para cantar en público, o quien canta no sabe cantar bien, deja de ser especial, y pierde su objetivo. Por otro lado, las personas que cantan en forma especial, deben tener buen testimonio de conducta cristiana, porque ése es un ministerio de Dios, y no debe cantar para lucirse ante la gente, ni hacer accionados y gestos, que imitan al mundo, porque pierde su espiritualidad, y se vuelve un teatro fingido e hipócrita. Tampoco
conviene cantar cantos con música mundana, conjuntos electrónicos,
baterías, maracas, panderetas, ritmos movidos, ni usar pistas para cantar, porque todo eso hace perder la espiritualidad y comunión con el Dios verdadero. Un himno especial debe ser dulce, para estimular el
acercamiento a Dios.
Instrumentos Musicales
Los instrumentos musicales, para la adoración a Dios, se han utilizado
desde la antigüedad. La referencia más notable, es la del Rey David, quien
inventó algunos instrumentos. Los más notables, son el arpa y el órgano.
En el Cristianismo, también se encuentra el uso del órga-no, desde
tiempos primitivos. Por supuesto, al hablar de órgano, se refería a una
máquina compleja, que hacía tocar muchas flautas, en forma coordinada; no se refiere a los órganos electrónicos modernos, que se han degenerado con cajas de ritmos y muchos sonidos exóticos, que estimulan la carnalidad.
El uso de instrumentos musicales en el culto, puede ser de mucho
provecho espiritual, y una fuente de ánimo para los creyentes, pero deben
escogerse, cuidadosamente, los instrumentos que ayudan a la
espiritualidad del creyente, y rechazar los la que perjudican. Entre los
instrumentos que conviene usar en las iglesias, pueden mencionarse los
siguientes:
Piano:
El piano está entre lo mejor que se puede usar, porque anima y
estimula la vida espiritual, sin estimular la carne. El piano es un
instrumento muy expresivo. Por eso se le llama pianoforte [piano= suave;
forte= fuerte], porque se puede tocar suave, o fuerte, y esto aumenta su
expresividad.
Órgano:
Al hablar del órgano, debe tenerse cuidado, debido a la corrupción
moderna de dicho instrumento. El órgano que es adecuado para usar en la
Iglesia, es el órgano original tubu-lar, eléctrico, armonio, o el órgano
electrónico que no incluye cajas de ritmos, ni sonidos chillantes. El
órgano, de esta manera, puede ser uno de los mejores instrumentos para la
Iglesia, por su suavidad, solemnidad y estimulación a una vida
espiritualidad profunda. Cuando se compra un órgano electrónico
moderno, conviene desconectarle su caja de ritmos, para evitar la
tentación en algunos de usarla.
Armonio:
El armonio, es un órgano pequeño de dulzainas, y movido por pedales
y fuelles. Es un instrumento sencillo, pero muy bueno para cantar en la
Iglesia, y llevar consigo para los cultos a domicilio, u otro lugar.
Arpa:
El arpa es un instrumento sumamente bello y dulce, pero es difícil de
conseguir, debido a su gran tamaño y costo. Pero, si se tiene un arpa, es
excelente para usar en la Iglesia. También se pueden utilizar las arpas
pequeñas y sencillas, que fabrican algunos campesinos, o el autoarpa, que
es fácil de tocar y transportar.
Concertina:
También se le llama, acordeón, o piano acordeón. Es un instrumento
muy adecuado para usar en la Iglesia, y, especialmente, para actividades
fuera de ella, por su facilidad de transporte. La concertina es muy buena
para animar a una congregación.
Guitarra:
La guitarra, es un instrumento sencillo, y de bajo costo, muy adecuado
para actividades de las sociedades de la Iglesia, o para cultos a domicilio.
Pero, debe tenerse cuidado de que se toque con sencillez, y sin imitar los
ritmos munda-nos, como bolero, corrido, etc., para que no pierda su
espiri-tualidad.
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Guitarra Eléctrica:
La guitarra eléctrica, podría utilizarse en forma suave, con bajo
volumen y decentemente. Pero, lamentablemente, es uno de los
instrumentos de los que más se ha apoderado el diablo, al grado de que,
casi todos los que la tocan, lo hacen imitando el estilo del rock-and-roll.
Y, por supuesto, es un instrumento muy dañino al oído y al sistema
nervioso. Esto la vuelve pecaminosa, y no recomendable para usarse en la
Iglesia. Para mayor comprensión, léase el subtema “Música Electrónica”,
en la sección de Efectos Psicológicos.
Violín:
Aunque hay pocas personas que saben tocar violín, si se tiene ese
instrumento en la Iglesia, es muy bueno, debido a su dulzura. Es excelente
para acompañar en himnos especia-les. De la misma manera, podría
utilizarse bellamente el violoncello.
Instrumentos de Viento:
Los instrumentos de viento, tienen un sonido muy bello, y pueden
utilizarse adecuadamente en la Iglesia, siempre que no se imiten los
estilos del mundo. La trompeta, es muy adecuada para mover a una
congregación grande en una campaña. Una flauta, puede ser bellísima,
para acompañar en un himno especial.
Conjuntos:
Varios hermanos podrían juntarse, para tocar sus instru-mentos
conjuntamente en la Iglesia, y esto es magnífico. Pe-ro, debe tenerse
cuidado de no incluir instrumentos no recomendables, y mantener la
espiritualidad y sencillez cris-tiana.
-
Conjuntos Electrónicos:
Ya se ha mencionado que, los conjuntos electrónicos, además de ser
propios de la música mundana más barata, y de baja calidad musical y
moral, son muy dañinos para la salud física, mental y espiritual de las
personas. Por esa razón, no deben usarse en la iglesias.
Instrumentos No Recomendables:
Debido a sus características mundanas, perjuicios y estimulación a la
carnalidad humana, se recomienda no utilizar en las iglesias los
siguientes instrumentos:
a) Conjuntos electrónicos: Por su tendencia hacia la corrupción moral,
y daños a la salud física, mental y espiritual.
b) Marimba: Por estar asociada con música de fiestas mundanas
y bailes.
c) Violón o Bandolón: Por su asociación con las fiestas mundanas
y bailes. Podría utilizarse, si se toca con aro de violín,
porque así no se asocia con la fiesta mundana.
d) Saxofón: Por su asociación con las fiestas mundanas.
e) Batería de Percusión: Porque estimula el baile y otras pasiones
carnales.
f) Maracas o Cañas: Porque estimulan el ritmo mundano y
baile.
g) Panderetas: Porque estimulan el ritmo mundano y baile.
En un culto, se debe sentir un ambiente espiritual, en vez del ambiente
de una fiesta mundana. Por esa razón, deben evitarse todos aquellos
instrumentos, pistas y cantos que estimulan la carnalidad pecaminosa
humana.
CONCLUSIÓN
Debe concluirse, entonces que, la música en
las iglesias cristianas, necesita ser revisada y
corregida, de manera que cumpla con los
objetivos espirituales que se propone.
La situación actual, da la impresión de ser una
repetición de aquella escena del Señor
Jesucristo, cuando vio a una gran multitud, y
dice la Biblia que: "Tuvo compasión de ellos,
porque eran como ovejas que no tenían pastor;
y les comenzó a enseñar muchas cosas", San
Marcos 6:34.
Hacen falta pastores, con discernimiento del
Espíritu, que guíen correc-tamente a la grey, y
más enseñanza espiritual, en las iglesias
cristianas de hoy.
La batalla continúa
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