"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro"
2.ª Pedro 1:19

sábado, 10 de julio de 2010

Fe es...

Afirmar que Dios no está con nosotros cuando de hecho no está (aún contra las evidencias); Poder afirmar que Dios está con nosotros cuando está, aún contra las evidencias;

Asumir a Dios sólo tal cual Él es y nunca conforme desearíamos que Él fuera para nosotros. Rechazar a "Dios" cuando nos es presentado conforme Él no puede ser;

Poder aceptar castigo o maldición como bendición, si estos vienen de Dios;

Saber rechazar cualquier “bendición” si nunca nos fue enviada por Dios;

Estar apto a hallar gracia y no sólo a hablar de ella;

Ser capaz de aún leer La Biblia en tiempos de necesidad material, ausencia de salud o de otra cosa que creemos que nos falta;

Saber cerrar la Biblia cuando tenemos que salir para obedecer;

Saber abrir la Biblia en la hora correcta de leerla;

Crecer en el hacer y saber como hacer en la exacta medida que crecemos en el conocimiento;

Nos certificamos de las cosas, sin ningún miedo, sabiendo que tanto las verdades como nosotros no tememos ser cuestionados; quien miente es quien tiene miedo de la verdad y de ser cuestionado sobre ella;

Fe es que estemos seguros de las cosas cuando es Dios que nos dilucida sobre ellas;

Que permanezcamos inseguros o dudando cuando Dios no nos esclareció sobre algo, o cuando no es Él, es pura fe. Dudar cuando no es Dios, es fe. Que Nos quedemos seguros cuando no es Dios será fe falsa.

Fe también es que no perdiéramos un milésimo de segundo intentando arreglar argumentos para poder responder a cualquier cuestión o aún acusación venida de Satanás (que pueda dejarlo a hablar solo, no necesitando de su opinión para que nos demos cuenta de nuestros errores o aún de nuestras virtudes);

Poder ser libre de pensar delante de Dios, aún en error, sabiendo que Dios tiene siempre como corregir una mente y un corazón moldeable;

Obtener un corazón tal que sólo Dios sabe amoldar, aún teniendo que usar hombres, también, para conseguirlo; nadie consigue hacer la cabeza de los que sólo se afirman en Dios: sólo los que son enviados de Dios.

Saber oír a hombres mandados por Dios y saber como no oír cuando no son, instintivamente (sentirse mal o bien conforme a quien mandó a tal persona);

Debatirse interiormente cuando tales personas no son mandadas por Dios y nos dicen cosas muy sabias que tienen sentido, pero que no son oportunas aún o ya dejaron de ser relevantes; que nos sintamos mal en esos tiempos es prueba de fe pura que está bajo amenaza de desviarse.

Conseguir ser natural cuando es Dios quien habla, pues Él es real y no puede ser de otro modo;

Conseguir asumir cualquier promesa venida de Dios como una maldición en caso que el pecado sea nuestro pariente aún; eso es fe verdadera, pues conseguimos creer en la verdad contra nuestros propios deseos.

Conseguir tener la claridad de asumir profecías (de nuestros tiempos y para nosotros) cómo siendo imposibles de que se cumplan si el pecado sea nuestro amigo aún; creer, asumir, que algo no se irá a cumplir en esas circunstancias es fe.

Asumir que ser fuerte es que tan sólo sea natural y que la perfección es la simplicidad y no la complicación; ser obediente de forma instintiva es fe y no de forma terca; ser terco no es de la fe y ser persistente, en la verdad, es cosa que debe ser natural e íntegramente factible;

Asumir que las promesas de Dios tienen que ser tan reales cuanto Él mismo es; si Él no fuera real, también estas serán irreales, en la misma medida;

Poder colocar la doctrina de lado tal cual Pedro hizo con la doctrina de servir a las mesas porque tenía ambiciones santas mayores para cumplir;

Asumir pecado sólo como pecado, sin disculpas o justificaciones;

Asumir sólo aquel tipo de santidad que viene de Dios de hecho;

Que podamos hacer naturalmente más y mejor (y no peor) que los fariseos y Pastores – excederlos fácilmente si estos vivieran mal con Dios y no que nos sintamos mal con eso;

Poder asumir cualquier pecado como un tropiezo de muerte (como de hecho es) y nunca sólo como un mero impedimento casual debido a la facilidad en de vencer que obtenemos de Dios;

Asumir que la santidad hace siempre parte del cumplimiento de todo cuanto Dios pueda haber prometido;

Ser leal casi sin saberse (inconscientemente, porque es nuestra naturaleza nueva expresándose);

Permanecer leal, cuando la deslealtad nos perturba, no cambiando nuestro curso sólo porque fuimos perturbados;

Asumir cualquier idea sobre Dios cuando, sólo y siempre que Lo podemos tener de forma real;

Poder aceptar que la realidad en Dios es la única forma de vida existente de la fe verdadera (y que no existe otra fe a no ser la verdadera y la real y evidente); nosotros no vemos para creer, pero creemos porque veremos – pero, si vemos, creemos a la misma.

Tener cómo y porque rechazar cualquier tipo de santidad que no sea natural y que sea aparente y forzada, sabiendo que en caso la santidad sea aún una conquista del esfuerzo, ella no es forma de vida natural aún. Existen muchos que prohíben a las señoras de que corten sus cabellos porque necesitan de leyes para que se ocupen debido al hecho de que no consiguieran impedir pensamientos impuros e inertes en ellos mismos. Nuestras actitudes no necesitan de esfuerzo - sólo nuestro trabajo.

Poder vencer el mundo de la misma forma que respiramos – de forma natural e inconsciente. Sabemos que una persona enferma tiene más dificultad en respirar – así, también, la fe real reacciona muy mal al pecado, sea este pequeño o grande; quien se esfuerza para creer o está enfermo, o en lugar contaminado.

Fe es poder asumir otro camino si este nos viniera de Dios, completando o aún anulando otro que nos pudo llevar hasta allí; nosotros vamos de gloria en gloria y de escalón en escalón: para que subamos para el escalón siguiente necesitamos dejar el anterior para atrás. Fue por mirar para atrás y vacilar que la esposa de Lot se quedó estática y parada para siempre.

Preferir perder sin creer que se pierde en caso Dios no esté de acuerdo con nuestros anhelos, planes o acuerdos;

Saber rechazar cualquier escapatoria sin que tenga que explicarse siquiera, sea de que forma sea, si esta no nos venga de Dios y nos venga a intentar aliviar la presión que Dios coloca sobre nosotros;

Obtener una necesidad casi inconsciente y persistente para tener paz con Dios por encima de todo, de cualquier cosa y de todos;

Fe es confesar pecados, uno a uno a quién de derecho sin cuestionar porqué (confesar a hombre o a Dios, restituyendo ni aunque sea sólo la honra).

¡Fe es poder añadir a esta lista si es necesario que en ella se añada, buscando a Dios para eso! Amén.

José Mateus

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