"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro"
2.ª Pedro 1:19

viernes, 8 de agosto de 2008

La Doctrina Bíblica de la Separación



PROPOSICIÓN 1
La base de la separación se encuentra
en la naturaleza y en el carácter de Dios mismo


Los serafines que Isaías vio en su visión estaban deslumbrados con un atributo del Señor: “SANTO, SANTO, SANTO, Jehová de los ejércitos” (Isaías 6:3). La palabra hebrea para “santo” (Kadesh) y la palabra griega para “santo” (Hagios) tienen ambas la misma raíz, igual significado básico—es decir, “apartado, separado”. La palabra “santificar” es una traducción de estas mismas palabras, griega y hebrea, y tienen la misma idea básica. Los ángeles decían literalmente, “SEPARADO, SEPARADO, SEPARADO, Jehová de los ejércitos.”

I. Dios es absolutamente separado de todo lo que es terrenal o creado. Esta es una Santidad de Majestad Divina.

Estudiar Salmo 99:1-3 e Isaías 57:15. Comparar Isaías 6:1-2.

II. Dios está absolutamente separado de todo lo que es moralmente impuro. Esta es una Santidad de Pureza Moral.

Estudiar Salmo 99:4-9 y Salmo 24:3-4. Comparar Isaías 6:5.

De modo que al estudiar la doctrina de la separación, tenemos que empezar con DIOS Mismo y tenemos que tener siempre presente el hecho de Su deslumbrante santidad y de Su carácter separado: “Sed santos, porque YO SOY SANTO” (1 Pedro 1:16).

PROPOSICIÓN 2
Todos los creyentes están posicionalmente separados

Todo y cada creyente es un “santo”, una persona separada y apartada para el Dios vivo.

Estudiar: Romanos 1:7; 1 Corintios 1:2; Judas 1; 1 Corintios 6:11;
Efesios 1:1; Filipenses 1:1; Colosenses 1:2; 1 Tesalonicenses 4:7;
Hebreos 3:1; 10:10, 14, 29; Colosenses 3:12; 1 Pedro 2:9.


PROPOSICIÓN 3
Todos y cada uno de los creyentes, habiendo sido separados
posicionalmente para Dios en Cristo, son responsables
de andar y conducirse de una manera digna y
consistente con esa posición y condición.


Estudiar: 1 Pedro 1:15-16; 1 Tesalonicenses 4:3-4; 2 Timoteo 2:21;
Romanos 6:19; Hebreos 12:14; 2 Corintios 7:1; Tito 2:3


PROPOSICIÓN 4
La separación bíblica tiene dos aspectos:
1) Separación De; 2) Separación Para...

PROPOSICIÓN 6
El creyente ha de estar separado, no aislado

Estudiar: Juan 17:11, 14-18; 1 Corintios 5:9-10; Hechos 1:8; Filipenses 2:15-16;
2 Corintios 5:20.

El creyente está en el mundo pero no es del mundo. La filosofía monástica que dice, “para ser santo tienes que vivir en una cueva” no tiene base en las Escrituras. Los creyentes son extranjeros y peregrinos (1 Pedro 2:11; Hebreos 11:13), y ciudadanos del cielo (Filipenses 3:20; Juan 14:1-3), que tienen el privilegio de representar a Cristo en la tierra (2 Corintios 5:20; Isaías 43:10-12) tal como Él nos representa en el cielo (1 Juan 2:1-2). Al representar a Cristo en el mundo, debemos guardarnos sin mancha del mundo (Santiago 1:27), porque no somos del mundo. El Señor Jesús era nuestro ejemplo perfecto de un hombre “separado de los pecadores” (Hebreos 7:26). Sin embargo, ÉL condenó el aislacionismo de los fariseos (Lucas 5:27-32; 7:29-34; 7:36-50; 15:1-32; 18:9-14; 19:1-10). El creyente en Cristo tiene responsabilidades explícitas hacia todos los hombres al representar a Cristo en el mundo.

Debe ser un testigo ante todos los hombres (Hechos 1:8).

Debe ser el embajador de Cristo ante todos los hombres (2 Corintios 5:20).

Debe predicar el evangelio a todos los hombres (Marcos 16:15).

Debe alumbrar como una luz ante todos los hombres (Mateo 5:16; Filipenses 2:15)

Debe hacer bien a todos los hombres (Gálatas 6:10; 1 Tesalonicenses 5:15).

Debe andar sabiamente ante todos los hombres (Colosenses 4:5; 1 Corintios 10:32).

Debe orar por todos los hombres (1 Timoteo 2:1).

Debe conducirse honradamente para con todos los hombres (Rom.12:17; 1 Ts. 4:12)

Debe vivir en paz con todos los hombres (Romanos 12:18; Hebreos 12:14).

Debe dar a conocer su gentileza a todos los hombres (Filipenses 4:5).

Debe honrar a todos los hombres (1 Pedro 2:17).

Debe tener un buen testimonio ante todos los hombres (1 Timoteo 3:7; 2 Juan 12).


PROPOSICIÓN 7
Dios manda apartarse de todas las prácticas y
asociaciones mundanas y de los placeres pecaminosos.


Estudiar: 1 Juan 2:15-17; Santiago 1:27, 4:4; Romanos 12:2; 1 Corintios 6:19-20;
1 Pedro 2:11; Tito 2:11-12; Romanos 13:13-14; Gálatas 5:16; 2 Timoteo 3:1-5.

Cuando se trata de prácticas y asociaciones dudosas, el creyente está sujeto a la ley del amor (1 Corintios 8-10; Romanos 14). Es decir, al decidir si algo debe o no debe hacerse, no es suficiente que el creyente actúe según el conocimiento (1 Corintios 8). No es suficiente que el creyente haga preguntas como estas: “¿Es correcto?” “¿Es legal?” “¿Está permitido?” En cambio debe tomar sus decisiones en base a la ley del amor que resultará en considerar preguntas como éstas: “¿Es provechoso?” “¿Es útil?” “¿Será para edificación?” “¿Glorificará a Dios?” “¿Será un obstáculo para mi edificación o para la edificación de otros?” “¿Presentará un testimonio claro ante los perdidos?”
La base escritural para este último grupo de preguntas se puede ver al estudiar versículos como 1 Corintios 8:9; 10:23; 10:31-32; Romanos 14:21; etc.


PROPOSICIÓN 8
Dios demanda que nos separemos de un
hermano cristiano inmoral.

Estudiar: 1 Corintios capítulo 5. Al buscar obedecer a Dios en estas materias
debemos considerar también las enseñanzas de pasajes como Gálatas 6:1;
2 Corintios 2:1-11 y 2 Timoteo 2:24-26.

PROPOSICIÓN 9
Dios demanda la separación
de toda apostasía religiosa.

Estudiar: 2 Corintios 6:14-7:1 (comparar Deuteronomio 22:9-11, Dios aborrece
las mezclas); Apocalipsis 18:4.

Cuando un buey y un asno están bajo un mismo yugo, están comprometidos en un mismo trabajo. Están en “un mismo equipo”, trabajando juntos para lograr metas y objetivos comunes. Los creyentes no deben trabajar juntos, en cooperación con los incrédulos. Ver el ejemplo de Esdras 4:1-5. El Señor Jesús nunca reclutó a incrédulos para llevar adelante la obra de Dios. El jugador de fútbol nunca pensaría en pasarle la pelota a un miembro del equipo opositor.

Otros pasajes que demandan la separación de falsos maestros y de apostasía religiosa son lo siguientes:

APÁRTENSE DE ELLOS (Romanos 16:17).
DESÉCHALO (Tito 3:10).
NO LO RECIBÁIS (2 Juan 10).
A ÉSTOS EVITA (2 Timoteo 3:5).
[Comparar 2 Timoteo 3:5 con Romanos 1:16 y 1 Corintios 1:24. Significa
negar el evangelio].
SEA ANATEMA (Gálatas 1:8-9).


PROPOSICIÓN 10
El creyente obediente tiene que separarse de todo
hermano cristiano que consistente y voluntariosamente
desobedece la Palabra de Dios.


Esto incluye la separación del creyente que desobedece los mandamientos
enumerados bajo la PROPOSICIÓN 9.

Estudiar con atención: 2 Tesalonicenses 2:15; 3:6, 14-15. Observe atentamente los cinco mandamientos: 1) señaladlo; 2) apartaos de él; 3) no os juntéis con él; 4) no lo tengáis por enemigo; 5) amonestadle.

¿Quiénes son los desordenados? Lea atentamente 2 Tesalonicenses 3:6-15 y tome nota de cada vez que lee la palabra “desordenadamente” (es la misma palabra que se encuentra en 1 Tesalonicenses 5:14, “ociosos”). La palabra griega significa “no guardar el orden, andar fuera de línea, estar fuera de lugar”. Era un término militar que se usaba para los soldados que marchaban fuera de orden (no guardando las filas, quebrando la fila). Se usa para una persona que no cumple con sus deberes y evade sus obligaciones. La palabra significa lo contrario de SUMISIÓN (Efesios 5:21). De modo que esta palabra describe a una persona que no está dispuesta a someterse a la autoridad. El se niega a inclinarse ante la Palabra de Dios y ante Dios Mismo. Se niega a ceder ante la autoridad de quienes están “sobre él” (ver 1 Tesalonicenses 5:12-14).

El desorden puede manifestarse de muchas maneras diferentes. En 2 Tesalonicenses 3:11 algunos de los tesalonicenses se negaban a cumplir con su obligación, asignada por Dios, de trabajar con sus manos y ganarse la vida. Pablo les había llamado la atención sobre su responsabilidad (ver 1 Tesalonicenses 4:11).


Mientras Pablo estuvo con ellos, él les mandó trabajar (ver última parte de 1 Ts. 4:11).


Ellos no obedecieron y Pablo tuvo que repetirles lo mismo en su primera carta (ver primera parte de 1 Ts.4:11).

Ellos seguían sin obedecer y Pablo tuvo que escribir una segunda carta para tratar el mismo problema (2 Ts. capítulo 3)


Vemos que estos desordenados eran culpables de desobedecer una claro mandamiento que había sido dado por palabra y por carta.

Considere 2 Tesalonicenses 3:6 y compare este versículo con 2 Tesalonicenses 2:15. Estos hermanos desordenados también eran culpables de no atenerse a las doctrinas que les habían sido enseñadas. Si una persona no se atiene a las doctrinas de los apóstoles, está en problemas, porque los apóstoles las recibieron directamente de Dios.

Las epístolas a los Tesalonicenses tratan con el problema específico de los creyentes que no trabajaban, pero el término “desordenadamente” no debería ser limitado solo a aquellos creyentes que no trabajan. El término le calza a cualquier creyente que desobedece persistentemente a las enseñanzas que nos han sido transmitidas por los apóstoles y que ahora tenemos en forma escrita en los libros del Nuevo Testamento. Incluye cualquier tipo de persistente desobediencia a los claros mandamientos de Dios que nos fueron dados por medio de los apóstoles.

Las medidas que tomen los hermanos de la asamblea local, por severas que éstas sean (2 Tesalonicenses 3:6, 14), tienen por objeto restaurar a esa persona a una sumisa obediencia. Es para ayudarla, no para dañarla. Quiera el Espíritu de Dios darnos a cada uno sabiduría para cumplir con los mandamientos de Dios a la manera de Dios y para la gloria de Dios, teniendo cuidado de no ser piedra de tropiezo para judíos, ni gentiles ni para la iglesia de Dios (1 Corintios 10:32).

Lecciones de la Historia de la Iglesia

La historia de la iglesia a probado una y otra vez que la separación es la única solución contra la apostasía. no hay un solo ejemplo en toda la historia de la iglesia en que una denominación se ha apartado de la Palabra de Dios y que luego, un tiempo después, halla regresado a una posición bíblica sólida. Es triste pero cierto, que la única respuesta efectiva es salir de en medio de ella y separarse.

El Dr. John Whitcomb lo ha dicho de esta manera:

La única posibilidad de preservar Su verdad es separarla de todas las formas de error y compromiso. La negativa de reconocer este hecho fundamental es la fatal equivocación del ecumenismo eclesiástico moderno en todas sus formas, incluso el ecumenismo evangélico. La verdad no puede ser preservada mediante el compromiso y el compromiso no puede evitarse sin la separación. Esta es una fórmula que el pueblo de Dios ha descubierto a través de los siglos de triste experiencia con la debilidad de la naturaleza humana caída en presencia del “dios de este siglo”, y, especialmente, por la explícita enseñanza de la Palabra de Dios (Christ, Our Pattern and Plan, p.14).

F. B. Meyer ha dicho,

No hay un solo héroe o santo, cuyo nombre brilla en la páginas inspiradas, que cambiara sus tiempos desde adentro. Todos, sin excepción, han elevado su voz, “Salgamos fuera del campamento”; y se han unido a la constante corriente de los mártires, confesores, profetas y santos, de los cuales el mundo no era digno, pero que pueden trazar parentesco a Aquel de quien está escrito que “ÉL padeció fuera del real.”

El Dr. G. Cambell Morgan también habló de la urgente necesidad de separación:

Hay una tolerancia que es traición. Hay una paz que acaba en parálisis. Hay momentos en que la iglesia tiene que decir NO a quienes buscan la comunión con ella, para hacer su obra, en base al compromiso. Mantenerse apartado puede producir ostracismo y persecución, pero mantendrá el poder y la influencia. Si la Iglesia de Dios en las ciudades de hoy se mantuviera separada de los preceptos del mundo, apartada de las filosofías materialistas de las escuelas, manteniendo su testimonio de la todo-suficiencia de Cristo, y de la perfección de Su salvación, aunque perseguida, aislada y golpeada, a ella se volverían los hombres en su hora de aflicción y tristeza y necesidad nacional. La razón por la cual los hombres no buscan hoy a la iglesia, es porque ella ha destruido con su compromiso su propia influencia.

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--George Zeller

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