"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro"
2.ª Pedro 1:19

domingo, 13 de julio de 2008

DIVISIÒN Y UNIDAD



“Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él...”
(1 Cor. 3:16).


Los males de la división

IMPIDE EL PROGRESO. Una iglesia sumergida en división y contienda no puede esperar hacer mucho para convertir a sus vecinos. Tales condiciones logran tapar los oídos de la gente para que no oiga ningún ruego de la iglesia. Las acciones de uno son el comentario más fuerte sobre su concepto de la justicia que cualquier cosa que diga. Así es que una iglesia por medio de sus contiendas contribuye a la perdición de aquellos a quienes debería de salvar. En este sentido la división llega a ser un enemigo de Cristo porque le estorba en su obra de salvar a los hombres.

Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio. FIL.1:27

“…para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste...” Juan 17:21-23

CONDUCE A TODA SUERTE DE PECADOS. "Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros" (Gál. 5:15). Consumirse los unos a los otros es destruir el carácter cristiano del otro por medio de disputas impías. "Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica…Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz" (Stg. 3:14-18). Este pasaje nos enseña que donde hay facción los que tienen envidias amargas y contenciones en sus corazones mentirán para sostener su propia opinión y para representar mal a la otra parte; además acudirán a toda obra perversa.

LAS CONSECUENCIAS RESPECTO A OTROS MIEMBROS. Los que no participan en la división siempre son perturbados en su relación para con la iglesia, se desaniman, y frecuentemente vienen a ser inactivos, y a veces se apartan totalmente de la iglesia. Así es que los que son responsables de la división destruyen al hermano por el cual Cristo murió.

LAS DIVISIONES ESTÁN PROHIBIDAS Y DIOS ABORRECE AL QUE LAS CAUSA. "Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa…Los pies presurosos para correr al mal…Y el que siembra discordia entre hermanos" (Prov. 6:16-19). El Señor clasifica al que siembra discordia entre los hermanos entre las peores especies conocidas. Tal hombre causa disensión en la iglesia de Dios, y en muchos casos destruye almas de seres humanos.

LA DIVISIÓN EN CORINTO. "Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. Porque he sido informado acerca de vosotros…que hay entre vosotros contiendas" (1 Cor. 1:10,11). "De manera… no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo…Pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?" (1 Cor. 3:1-3). Se afirma con toda claridad que la división impide el desarrollo espiritual, porque los que son responsables de las divisiones no se han desarrollado más allá de la etapa de niños en Cristo, no importa el tiempo que tengan de ser miembros de la iglesia ni cuáles sean sus pretensiones; "andan como hombres"-al ser carnales, no andan según Cristo.

CAUSAS DE DIVISIÓN.

AMBICIÓN EGOÍSTA. A veces hay quien tiene espíritu dogmático que busca su propio agrado en todo, sin respetar a las autoridades que Dios pone en una iglesia. Tal hombre viene a ser regañón, tiránico y desagradable a los que son espirituales. Tales hombres generalmente son hombres pequeños mentalmente, y parecen pensar que tienen qué expresarse para obtener reconocimiento. Cosa bien relacionada a esto es tener ambiciones de ser director de algo. "Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros… (3 Juan 9,10).

POLÍTICA NO BÍBLICA. La congregación selecciona para sí obispos, ancianos, o directores. Por este hecho expresa su confianza en el juicio y sabiduría de ellos. A veces pasa que el juicio de estos directores no concuerda con la acariciada política de un hermano ambicioso; y a veces, el hermano ambicioso, en lugar de obedecer a sus pastores (Heb. 13:17), comienza a fomentar sentimiento contra los ancianos. Esta conducta siempre resulta en división. No hay ni vestigio de autoridad bíblica para tal conducta. "Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo" (2 Juan 9). "Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros" (1 Cor. 4:6).

La oposición hacia las autoridades que Dios pone la iglesia:

LA REBELION DE CORE: Nùmeros16 “y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel…

Es lamentable saber que el enemigo de la obra de Dios tratara de acaparar a muchos para ponerlos en contra de sus siervos. Se requiere esfuerzo y dedicación al Señor para levantar una obra en santidad y el temor del Señor, pero que fácil se le hace a un Coré levantar una revuelta en cuestión de segundos y destruir en un instante lo que tomo años y sacrificio. Proverbios 25:28. "Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda. Es interesante saber que todos los "Coreses aprovechan situaciones similares para crear una revuelta en el pueblo. (Continua en el prox. blog : “Estudios de la Rebelión de Corè”)

Debemos saber que las actitudes bíblicas en una iglesia es la de reconocer a los que nos presiden (1 Tesalonicenses 5.12), exhortarlos, orar por ellos, y sujetarnos: “Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad…” 1pe5:5 .Cualquier otra actitud, es contraria a la bíblicamente establecida, por lo que las murmuraciones y aún las divisiones van en contra de los que Dios manda, ( ésta ultima solo es necesario efectuarla en asuntos de doctrina)

“Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.” Rm.16:17

LA INACTIVIDAD. Se dice que una mente desocupada es un taller de Satanás; este dicho se aplica tanto a iglesias como a otros. Cada cristiano es parte del cuerpo de Cristo y "cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor" (Ef. 4:16). Perseverar en bien hacer se contrasta con el camino de contención y desobediencia (Ro. 2:7,8).

LO DESEABLE DE LA UNIDAD

DAVID CANTÓ DE ELLA. "¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía!" (Sal. 133:1)

PABLO ROGÓ POR ELLA. "Unánimes entre vosotros" (Ro. 12:16). "Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer" (1 Cor. 1:10).

PEDRO EXHORTÓ A TENERLA. "Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables" (1 P. 3:8).

JESÚS ORÓ POR ELLA. "Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, que todos sean uno" (Juan 17:20,21).

LA UNIDAD ES POSIBLE SOLAMENTE CUANDO-

1.- SEA DESEADA. Uno a veces duda de que ciertas congregaciones quieran en realidad la unidad. Parece que algunos miembros se complacen en los alborotos. Pero antes de que la unidad pueda ser lograda y mantenida, el deseo por ella tiene qué ser suficientemente fuerte para conducirnos a un esfuerzo en esa dirección, y suficientemente fuerte para guardar en sujeción nuestras preferencias personales. Esto requiere esfuerzo. Pablo exhorta a los hermanos a que estén solícitos a guardar la unidad del espíritu en el vínculo de la paz. Al deseo genuino por la unidad lo deben acompañar la humildad, la mansedumbre, la paciencia, y la tolerancia de los unos a los otros. "Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz" (Ef. 4:1-3).

3.- LA BIBLIA ES NUESTRA GUÍA. Si hubiera unidad basada en cosa distinta a la Biblia, no sería la unidad del Espíritu. La unidad del Espíritu es aquella que viene por seguir la enseñanza del Espíritu. "Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado" (1 Juan 1:7).

4.- SE RECONOCE A JESÚS COMO CABEZA. La iglesia es comparable al cuerpo humano. "Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros" (Ro. 12:4,5). En un cuerpo humano sano hay unidad de acción, porque todos los miembros son dirigidos por la cabeza. Hay trabajo para cada miembro del cuerpo humano, como también para cada miembro del cuerpo de Cristo. Si algún miembro no responde a la cabeza, es que la conexión entre el miembro y la cabeza ha sido dañada. Así también en la iglesia, el cuerpo espiritual, sobre el cual Jesús es cabeza, y del cual somos miembros, hay unidad de acción cuando cada miembro es guiado por Jesús, la cabeza. "Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia" (Col. 1:18).

5.- UNO SE NIEGA A SÍ MISMO. En nuestras relaciones con la iglesia, no nos olvidemos de que nuestra conducta sea sazonada con sal. "Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación" (Rom. 15:2). "Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros" (Ef. 4:31,32)". "Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros" (Ro. 12:10). "No seáis sabios en vuestra propia opinión" (Ro. 12:16).

EL TRATO CON LOS QUE CAUSAN DIVISIÓN

1.- CÓMO DEBE LA IGLESIA DE TRATAR CON LOS QUE CAUSAN DIVISIÓN.

"Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio" (Tit. 3:10,11).

Debemos tener muy en cuenta estas palabras de nuestro Dios, puesto que en una iglesia existen afinidades, amistades y aun ciertos intereses, pero de ninguna manera, debe uno de sacrificar la paz y unidad de la iglesia por estas motivaciones. En estos días, y en nuestras iglesias sucede que le prestamos muy poca atención a este mandamiento del señor, y es por ellos que necesitamos sensibilizarnos en este detalle. Alguno puede dividir la iglesia de una localidad, y luego hallar plena comunión con la iglesia de otra localidad. A veces sucede que tal hombre, sin arrepentimiento o esfuerzo de subsanar la división que causó en una iglesia, es escogido por maestro y director en otra iglesia. Tal cosa no sucedería si aquella iglesia respetara lo que ha dicho el Señor. "Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio" (Tit. 3:10,11). Un hombre faccioso (gr.hairetikòn) es uno que causa disensión o división. Auque el vocablo castellano “hereje” se deriva del hairetikòn de este versículo (única vez que tal vocablo aparece en el nuevo testamento) su significación primordial “el que por su obstinación de defender un punto de vista opuesto al de los demás, promueve partidos o facciones” (las airèseis de 1 Co.11:19; Gà. 5:20). Estas personas son frecuentes en casi todas las iglesias y constituyen una verdadera gangrena, el significado del término faccioso no es aquí sinónimo de hereje que niega algún punto importante de la fe cristiana, sino simplemente de alguien que por empeñarse en necias controversias, causa división en la iglesia. Comentario bíblico: Matthew Henry, traducido y adaptado por Francisco La Cueva

- LO QUE DIOS HARÁ CON LOS QUE CAUSAN DIVISIÓN.

"Pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia" (Ro. 2:8,9)

LA SANTIDAD DE LA IGLESIA
1.- GANADA CON SANGRE. "La iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre" (Hechos 20:28). La iglesia no fue redimida con "oro o plata", sino con la preciosa sangre de Cristo (1 P. 1:18).

2.- CRISTO LA AMÓ. "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha" (Ef. 5:25-27). Que nunca hable nadie a la ligera de la iglesia, ni la repruebe en forma alguna. Puede reprobarse el pecado de algún miembro de la iglesia, pero ¡nunca se repruebe a la iglesia! Nos parecen endurecidos de corazón y criminales los soldados por clavar el cuerpo físico del Señor y por abrirle un costado con una lanza; pero ese cuerpo no era tan apreciado para él como la iglesia, su cuerpo espiritual. ¡Cuán pecador es para Cristo el que, por medio de sus propias opiniones o sus ambiciones egoístas, divide la iglesia del Señor! La sentencia del tal ya se ha declarado.

"¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es"

(1 Cor. 3:16,17).

* * *

No hay comentarios: